lunes, 2 de septiembre de 2019

Cuento a una joven princesa que se sentía muy feliz


Cuento a una joven princesa que se sentía muy feliz


     Había una vez una joven princesa que se sentía muy feliz porque había encontrado a su príncipe azul y se unió con él y llegó a mas su felicidad, porque entre ambos tuvieron una muy bella hijita, y con ello su natural maternidad se había realizado. Y era muy feliz, porque, también, estaba pudiendo demostrar a su padre El Rey, quien había sido muy rígido con ella, que ya estaba en la cumbre, que había llegado a se una gran profesora e investigadora. Todo eso la había conseguido a base de muchísimo esfuerzo, constancia y un hacer, que se podría decir caía en el perfeccionismo. Todo por demostrar a su querido padre; y siempre buscando su cariño; que ella, aunque había nacido niña y no niño, como él hubiese deseado, no le iba a defraudar. Y por eso dedicó tanto esfuerzo, en toda su infancia y juventud, que casi se olvido de vivir esa etapa.
     Y un día, por azares de le vida, conectó con ella un ser distinto, a los, que ella, siempre había conocido; tanto tiempo medida en la formación académica, con esos profesores tan importantes, tan trajeados, tan en lo alto de la tribuna. Y ese día, cuando el ser, ese, le abrió su alma y se le expresó de otra forma, para ella irreconocible; ella, perdió el habla y, solo pudo decir una expresión: “Virgen!!!!”; no se, si porque se la había aparecido la Virgen de verdad y ella todavía no lo sabia, o por que su formación religiosa no le dejaba decir palabras mas fuertes, o porque su natural estado, de estar siempre alerta, le impedía reaccionar de otra forma. Ella, que no perdía la compostura, ni se enfadaba, que siempre se mostraba feliz y equilibrada, aunque algunas veces cayese en momentos trágicos-depresivos y se ponía de victima; solo momentos, pues pronto se reponía; no podía aceptar que fuese la Virgen realmente, y sobre todo porque tenia barba, y claro, esto no lo puede comunicar a nadie, y hace bien en eso, pues la pueden tomar por loca. Pues, ya se sabe, que los psiquiatras, seres prepotentes, ahora por indicación de los biólogos que hacen experiencias con ratoncitos, se dedican a poner electrodos en el cerebro; de los que no son, para ellos normales, para hacerlos cívicos o controlados; y que también hay otros, señores doctores psiquiatras, que no ha llegado aun a eso y siguen dando electroschok, pues se quedaron en el conductismo. Todos son muy peligrosos y no digamos de los que ponen camisas de fuerza químicas, para seguir aumentando los beneficios de los fármaco-químicos. Hay que tener cuidado, porque no se sabe en manos de cual de ellos puede uno caer.

     “El mundo está loco”. Y en este mundo de locura. Cuando a uno se la aparece la Virgen lo mejor es no comentarlo, mantenerlo en secreto y sacar provecho de ello.

     Puede que esta pequeña historia tenga algunos fallos y en algo no esté del todo acertada, pero debe ser decisión de la princesita el aprovechar las enseñanzas, de la Virgen o de este viejo brujo, y cuenta cuentos. Porque con su conocimiento, se puede hacer mucho bien a los sufridos humanos. Y él está dispuesto a que alguien lo aproveche.       

     Escrito con todo mi cariño.

     Málaga, madrugada del 16 de noviembre 2010

De la colección Cuentos de media noche    
                                     

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